Para hacer frente a esta situación, el gobierno chino ha puesto en marcha un plan de emergencia para prevenir y reducir los daños causados por las altas temperaturas. Esto incluye la instalación de sistemas de enfriamiento en edificios públicos, la distribución de agua potable gratuita a los ciudadanos y la realización de campañas informativas para concienciar sobre los riesgos que conllevan las altas temperaturas.
Además, el gobierno ha instado a los ciudadanos a extremar precauciones al salir al exterior, como llevar sombrero o gorra para protegerse del sol, beber agua frecuentemente y evitar realizar actividades al aire libre durante las horas más calurosas del día. También se recomienda usar ropa ligera y transpirable para mantenerse frescos.
Las autoridades chinas han pedido a la población que se mantenga informada sobre el tiempo y que siga las recomendaciones emitidas por el Centro Meteorológico Nacional para evitar posibles daños personales o materiales. Esto es especialmente importante para aquellos que viven en zonas rurales o remotas donde no hay acceso a información meteorológica actualizada.
