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Trastorno bipolar, de la euforia a las ideas de muerte, en un segundo
Los síntomas de la manía incluyen una excesiva energía, una sensación de euforia, hablar con mucha rapidez y sin parar, pensamientos acelerados y dificultad para concentrarse. Estas personas también pueden sentirse más creativas que nunca, tomar decisiones imprudentes o arriesgadas y tener problemas para dormir.
El tratamiento para la manía generalmente implica medicamentos antipsicóticos o antidepresivos junto con terapia conductual cognitiva (TCC). La TCC ayuda a las personas a identificar los factores desencadenantes de sus episodios maniacales y aprender estrategias para controlarlos. Además, se recomienda realizar actividades relajantes como yoga o meditación para reducir el estrés y mejorar el bienestar emocional.