El cohete Vulcan Centaur con la nave espacial Peregrine despegó con éxito la madrugada de hoy hacia a luna. Se trata del primer proyecto estadounidense de alunizaje en décadas y lleva consigo instrumentos para estudiar la superficie de la Luna, entre ellos, los de la Misión COLMENA diseñada y construida en el Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Gustavo Medina Tanco, responsable del proyecto COLMENA y del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, detalló que el proyecto es un hito tecnológico en sí mismo. Son cinco micro robots que pesan menos de 60 gramos y tienen tan solo 12 centímetros de diámetro.
“Toda la carga útil fue desarrollada en LINX y validada en una serie de pruebas largas y exhaustivas en México, primero, y en Estados Unidos después, cuando se integró a la nave Peregrine y, finalmente, fueron montadas en el cohete Vulcan Centauro”, manifestó el investigador.
Técnicamente, la misión mexicana enfrentó con éxito el reto de miniaturizar los sistemas robóticos, ya que nunca se habían creado equipos tan pequeños para operar en el espacio, lo que posiciona a México en el sector espacial a nivel internacional. Permitió además la formación de unos 250 jóvenes universitarios de la UNAM, y también del Instituto Politécnico Nacional, de Chiapas, Guerrero, Puebla y Baja California, entre otros estados.
Luego del despegue de la estación espacial de Cabo Cañaveral, en una hora y media aproximadamente, la nave se separó del cohete, y a partir de allí, su viaje hacia la luna durará de cuatro a seis semanas, ya ahí la nave será la encargada de recibir y procesar los datos de los robots así como de mediar la comunicación entre ellos y el centro de control en tierra, instalado en el ICN.
COLMENA es una de las misiones que prepara la Universidad para el desarrollo de equipos de investigación espacial, de las cuales la siguiente es el Nano-SWAI Space Weather Artificial Inteligence, un satélite que trabajará en la observación de la Tierra, para obtener información sobre el agua, la deforestación, actividad solar, partículas de rayos cósmicos y aplicaciones de astrofísica, abundó.
Para 2030 se espera realizar otras dos misiones a la superficie lunar y, eventualmente, a un asteroide, especialmente para desarrollar tecnología que se utilice para hacer minería de metales preciosos o tierras raras que en las próximas décadas serán escasas en la Tierra.
Estos proyectos son parte del compromiso de la UNAM con la sociedad mexicana para impulsar su crecimiento y crear un bienestar sustentable en base a ciencia y tecnología. Además, ha recibido apoyo de la Agencia Espacial Mexicana, a través del extinto Fondo Sectorial AEM-CONACYT, así como de diversas empresas mexicanas y extranjeras.