“Soy escéptico de que podamos vivir completamente en el presente”: el filósofo que cuestiona el mindfulness y cómo propone cambiarlo
“Soy escéptico de que podamos vivir completamente en el presente”: el filósofo que cuestiona el mindfulness y cómo propone cambiarlo
El mindfulness moderno suele definirse como estar concentrado en el presente sin emitir juicios.
Parecería que en nuestro tiempo hay un apoyo generalizado al mindfulness.
En las páginas de internet de algunas instituciones de reconocimiento mundial, como la Clínica Mayo, el Servicio de Salud de Reino Unido (NHS) y la Universidad de Harvard, se habla sobre sus beneficios para la salud física y mental del ser humano.
Se afirma que la conciencia plena del presente puede reducir la ansiedad y el estrés, ayudar a las personas a enfocarse, dormir mejor, tratar la depresión y hasta aplacar el dolor de ciertos padecimientos.
Y, por supuesto, existe un enorme cúmulo de investigaciones científicas publicadas en revistas arbitradas y libros que sustentan sus efectos en la vida de la gente.
Todo esto ha hecho que el mindfulness ingrese en aulas escolares, hospitales y hasta en nuestras oficinas, como parte de los programas de bienestar para los empleados.
De hecho, una encuesta nacional de 2017 realizada por el Centro para el Control de Enfermedades de EE.UU. reveló que entre los participantes, un 14% había realizado algún tipo de meditación, al menos una vez durante ese año, y dentro de las modalidades se encontraba el mindfulness.
¿Pero, qué tal si, más allá de sus efectos en el cuerpo humano, hubiese un grupo de creencias alrededor del mindfulness que no necesariamente son beneficiosas para nosotros? ¿Qué tal si el mindfulness, que se supone se deriva de la meditación tradicional budista, es realmente una actividad que se aleja enormemente de su idea inicial?
Estas son algunos de los cuestionamientos que se hizo el filósofo británico Odysseus Stone, quien formó parte del Centro de investigación sobre la Subjetividad de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, donde se doctoró.
Stone se especializa en la fenomenología y filosofía de la mente, y se ha dedicado a analizar el fenómeno del mindfulness.
BBC Mundo habló con él acerca de sus ideas sobre esta popular forma de meditación.
¿Cuáles son los postulados filosóficos sobre los que se basa el mindfulness?
Uno puede hacer una distinción entre cómo el mindfulness es entendido en el sentido budista clásico y cómo es entendido en el mundo contemporáneo, en el que ha sido parcialmente acomodado a las ideas occidentales, secularizado y aplicado para propósitos psicoterapéuticos.
Aun en el mindfulness budista clásico encontramos variaciones. No hay un acuerdo sobre un solo significado de esta práctica en la tradición budista que tiene 2.500 años de antigüedad.
La forma contemporánea la vemos en todos lados. Si eres de Reino Unido, como yo, puedes tener sesiones de mindfulness con el National Health Service. Así que es una práctica muy diferente.
El mindfulness moderno suele definirse como estar concentrado en el presente sin emitir juicios.
Diría que los postulados básicos rondan en tres ideas.
Uno es precisamente estar consciente sin juicios sobre lo bueno y lo malo. Tener una consciencia desnuda o una atención desnuda sobre una experiencia.
Otro postulado es centrarse en el presente. Un enfoque exclusivo en el momento presente.
El tercer componente de la noción moderna del mindfulness es lo que se conoce en la literatura psicológica como descentralizar.
Es básicamente la idea de que podemos llegar a reconocer que nuestros pensamientos, nuestras reacciones emocionales, y hasta nuestras percepciones del mundo no son reales, sino solo construcciones mentales, proyecciones de la mente.
Uno podría encontrar pedazos de estas ideas en la tradición budista temprana, pero no de forma combinada y con estos énfasis específicos y la simplicidad con la que los presenta el movimiento del mindfulness moderno.
Diversas investigaciones indican que el mindfulness puede ayudar a manejar la ansiedad, la depresión, el insomnio, entre otras condiciones.
Usted es muy crítico con la visión occidental del mindfulness. Pero muchos investigadores, y mucha gente en general, aseguran que les es beneficioso. ¿Qué piensa sobre esto? ¿Cree que funciona?
Soy muy crítico con el mindfulness, pero tengo una perspectiva mixta sobre el tema.
El mindfulness para reducir el estrés o el que está involucrado en la terapia cognitiva, son formas de psicoterapia muy populares al momento. Y, por supuesto, la gente les encuentra valor.
Yo mismo las he practicado y les he encontrado valor en diferentes etapas de mi vida. Así que no quiero decirle a los demás que están mal, porque ese obviamente no es el caso. Mucha gente encuentra esta práctica beneficiosa.
Mi preocupación está relacionada a los compromisos filosóficos sobre los que el mindfulness está construido.
Está la práctica del mindfulness, y luego cómo la gente internaliza lo que hace cuando la realiza. A veces no puedes separar las prácticas de la forma en que la gente las entiende en sí.
Lo que me gustaría es que pensemos mejor en lo que está ocurriendo cuando practicamos este tipo de meditación.
Comentó en una entrevista pasada que le preocupa que la gente ignore sus pensamientos y emociones. ¿Por qué?
Esta idea se relaciona al concepto de descentralización que mencioné al comienzo.
Alguna vez leí en la web del servicio público de salud de Reino Unido que con el mindfulness ves tus pensamientos y emociones como buses en los que te puedes subir si quieres.
Pero son solo buses que puedes dejar que pasen y ya.
Muchas veces los ejercicios de mindfulness involucran este tipo de ideas. Mirar los pensamientos y emociones que llegan y en vez de investirlos con valor o significado, pensar en ellas como reflexiones reales de la realidad, te invita a solo dejarlas pasar.
Pienso que hay varios problemas con esto, porque no siempre hay una distinción clara entre los pensamientos que sí te deben importar y los que no.
El mindfulness en sí no te ayudará a hacer esa distinción entre el pensamiento ansioso al que le debes quitar la atención y el importante en el que te debes centrar.
También cuestiono esa idea de que al practicar mindfulness, llegaremos a ver la realidad y que nuestros pensamientos son solo pensamientos y nuestras emociones son solo emociones. Por supuesto, esas ideas son otro pensamiento. Así que, ¿qué hay sobre el pensamiento de que esto es solo un pensamiento?
Odysseus Stone afirma que la práctica de mindfulness moderna es una idea occidental sobre los postulados budistas de hace cientos de años.
Nos puede dar un ejemplo de un pensamiento que no deberíamos ignorar…
Por ejemplo, la situación en Medio Oriente. El extenso e intenso ataque de Israel sobre Gaza.
Ese evento puede ser una fuente de ansiedad y disconformidad que te puede hacer sentir intranquilo.
No pienso que la solución para ese tipo de ansiedad, ese tipo de pensamientos, es decir “esto es solo un pensamiento que no refleja la realidad”.
Son el tipo de eventos con los que verdaderamente deberíamos estar comprometidos y no pensarlos simplemente como proyecciones en nuestra mente.
Eso es un caso extremo, pero puede ser un lugar común. Y temas como este son asuntos éticos y políticos que nos deberían importar.
Quiero ir más profundo sobre las cuestiones filosóficas relacionadas al mindfulness que mencionó al comienzo de la entrevista. ¿Podemos los seres humanos no emitir juicios?
En la literatura sobre mindfulness, no ser una persona prejuiciada se refiere a la manera en la que los seres humanos conciben el mundo a su alrededor.
Experimentamos el mundo en términos de qué sentido y relevancia tiene para nosotros. Esto es una mirada fenomenológica.
Cuando observamos a nuestro alrededor, no solo vemos datos neutrales, hay que pensar en qué tenemos frente a nuestros ojos.
Como en este preciso momento, que frente a mí veo una laptop. Además estoy sentado en una biblioteca pública y hay una persona cerca de mí.
Hay muchos ejemplos como este, en los al percibir el mundo sucede una categorización, un significado de las cosas que experimento.
Y soy escéptico con la idea de que no podemos experimentar nuestro alrededor, porque es una característica básica para actuar. Si yo no pudiera ver la puerta frente a mí como una puerta, no sería capaz de abrirla y caminar a través de ella.
Para Stone, el mindfulness sí podría ayudar al ser humano a afinar un poco su atención, pero no es una solución. Dice que debemos cambiar las tecnologías digitales.
Y la atención, ¿somos capaces de controlarla?
En esta área la literatura del mindfulness también es muy distinta al entendimiento clásico budista.
El mindfulness contemporáneo tiene esta idea de que es una forma de entrenar al individuo para que tenga control sobre su atención y enfoque. Pero creo que en la literatura budista clásica, este no es el caso.
La idea de que tenemos un yo interno o un agente interno que controla nuestra atención es rechazada en los textos clásicos.
Y en mi opinión, mucha de la literatura moderna sobre las ciencias cognitivas también señala que es muy difícil controlar nuestra atención.
Para usted, la falta de enfoque es un problema social estructural…
Los problemas de atención que muchos ahora mismo enfrentamos son por la perversidad de las tecnologías digitales y por lo que es llamado la economía de la atención.
En el mundo moderno la atención es un tipo de recurso por el que las plataformas digitales y las grandes compañías tecnológicas compiten.
Pienso que hay aspectos del diseño de estas tecnologías, así como su tipo de estructura económica con las que estamos ya muy familiarizados y somos un poco impotentes frente a su influencia en nuestra atención.
El mindfulness puede marcar una pequeña diferencia. Pero creo que estamos buscando en el lugar equivocado si solo nos centramos en lo que podemos hacer con nuestras mentes de forma individual para controlar nuestra atención.
Debemos ir sobre las estructuras materiales, sobre el rol de las tecnologías digitales en nuestra distracción, que es algo que va más allá de si somos buenos o no en mindfulness.
¿Qué piensa sobre la idea de que el mindfulness es una práctica neutral, que no interfiere con las creencias religiosas de las personas?
Esa es una de las grandes formas con las que se vende el mindfulness. Es presentado como no religioso, no budista, y que puede ser practicado por cualquiera. Esto ha sido definitivamente central para integrarlo a las instituciones públicas, porque no puedes tener ninguna exaltación a una religión, debe ser secular.
Pero diría que no es totalmente cierto. Todo depende en cómo definas una religión.
Hay quienes ven la religión como un grupo de creencias sobre cómo el mundo funciona, quizás creencias sobrenaturales, la creencia de dios y cosas similares.
Y, por supuesto, el mindfulness no requiere que tu creas en algún ser sobrenatural.
Pero ciertos académicos definen religión de forma distinta. Lo ven como un grupo de prácticas compartidas, rituales, maneras de crear significado y propósito de forma colectiva.
Diría que el mindfulness tiene un componente religioso. Tiene un elemento ritualista, es una forma en la que la gente crea un propósito, un significado sobre su existencia.
¿Cree que los seres humanos deberían intentar no tener narrativas sobre su pasado y futuro.
A veces, en la literatura del mindfulness, se establece que la narrativa del ser es un tipo de ilusión, que el sentido de nosotros mismos es una construcción falsa.
Las narrativas tienen una función importante y un propósito. Pueden proveer estructura y sentido.
¿Qué es realmente el presente? ¿Podemos vivir completamente en el presente, sin ninguna referencia al pasado o al futuro?
En una publicación que leí recientemente encontré que este postulado no es una visión dominante en el budismo del sur de Asia. Hay quienes están en desacuerdo con el asunto de vivir en el presente.
Soy escéptico con la idea de que se puede vivir completamente en el momento presente. Porque, como dije en un principio, pienso que es una característica fundamental de nuestra experiencia del mundo el hecho de que haya alguna referencia implícita sobre el pasado o el futuro. Esta es la manera en la que le damos sentido a las cosas en nuestro alrededor.
Cuando camino al refrigerador, y lo abro y saco la leche, debo tener una idea de lo que va a suceder, así como algún entendimiento de lo que ocurrió en el pasado, para poder realizar una acción coherente en el tiempo
Esto es un concepto que muchos filósofos han analizado. El hecho de que nunca experimentamos puramente un instante presente.
¿Cómo cree que debería ser practicado el mindfulness?
No quiero que la gente piense que no hay valor en estas prácticas.
Pero en adelante, lo que me gustaría ver es una reflexión más crítica sobre estas características problemáticas del discurso sobre el mindfulness.
Al igual que más sensibilidad hacia las ideas budistas de donde viene y, tal vez, retar estos postulados modernos.
La idea dominante del mindfulness es que eres un individuo que tienes una mente que puedes observar a través de la meditación y que puedes desapegarte de tus pensamientos y emociones, así como mantenerte enfocado completamente en el presente.
Pero creo que hay otras ideas en la meditación budista tradicional, que pone énfasis en el “el otro”, en el contexto en el que están insertadas las personas.
Sería bueno que el movimiento del mindfulness se dirija hacia allá también.
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