Maná ofrece un cachito de México a Barcelona en la primera fecha de su gira por España
Barcelona, 10 jun (EFE).- La banda mexicana Maná, uno de los grupos más influyentes del rock en español de la historia, regresó a España tras seis años sin actuar en la península, con un concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona, donde dieron a probar todo tipo de exquisiteces mexicanas en forma de canciones memorables y del mejor rock en la apertura de la gira ‘México lindo y querido’.
El ansia del público barcelonés por la música de Maná se sintió desde el primer instante, ya que con las notas iniciales de la enérgica ‘Manda una señal’ un sonoro estruendo se apoderó de la montaña de Montjuic.
Le siguió ‘De pies a cabeza’, tuneada para la ocasión con un pequeño guiño a la ciudad que recibió el inicio de ‘México lindo y querido’ en España: el habitual “¿Quién te hará el amor con Luna y playa?”, modificada por “¿Quién te hará el amor en Barcelona?”, lo que hizo surgir un grito desde la pista.
Después de esto, Fher Olvera cantó al desamor en ‘Corazón espinado’, tema que escribió para Carlos Santana, y en ‘Labios compartidos’, una canción dedicada “a una mujer que fue uno de los amores de vida y luego fue uno de los grandes dolores”.
El momento de gran reivindicación llegó con el tema ‘¿En dónde jugarán los niños?’, acompañada de un discurso ecologista por parte Olvera y terminó con el cantante apagando con un extintor el incendio forestal que se proyectaba en las pantallas del pabellón.
A continuación, ‘Vivir sin aire’, nos llevó al rock más clásico, ese en el que la armónica de Olvera siguió la melodía mientras el público llenaba los vacíos que el cantante dejaba en el estribillo.
Tras esto, el músico hizo un brindis “por Latinoamérica y España”, apuró su trago y se lanzó con ‘Mariposa traicionera’.
Uno de los momentos más marcadamente mexicanos llegó con la ranchera ‘Se me olvidó otra vez’, que puso a bailar a todo el Palau Sant Jordi, siguió con ‘Oye mi amor’, con la que dividó el pabellón en dos mitades para que cada una coreara su parte.
Para terminar con el primer bloque, el batería del grupo, Álex González, cantó ‘Me vale’, para dar paso a un frenesí de guitarras, que dio paso un largo y extenuante solo de batería, con repique de espaldas al instrumento incluido, que ha debido desgastar a González como correr una maratón y que ha explicado por qué lo apodan ‘El Animal’.
Terminada la exhibición de González, Olvera y Sergio Vallín se cambiaron a un escenario en el centro del pabellón “para estar más cerca de la gente” y así cantar un clásico del folklore mexicano como ‘El Rey’.
Reunidos de nuevo González y Juan Calleros sobre este escenario central, Maná interpretó ‘Te lloré un río’, en la que el cantante ha sacado una linterna que ha iluminado el Sant Jordi como si se tratara de un faro, la ‘rola’ ‘El reloj cucú’, dedicada a todos aquellos “que se han ido a las estrellas”, la improvisada ‘No ha parado de llover’ y ‘Eres mi religión’, con una chica del público como invitada sobre el escenario.
Para terminar el show, la banda mexicana deleitó a Barcelona con, quizá, sus tres canciones más icónicas: la romántica ‘En el muelle de San Blas’, la siempre trágicamente cantada ‘Clavado en un bar’ (durante la que ha caído algún que otro sujetador al escenario) y la esperadísima ‘Rayando el sol’.
Tras esto, Maná despidió de un Palau Sant Jordi que vendió 17 mil localidades, algo que ya es una tónica en la gira ‘México lindo y querido’, ya que las diez ciudades que acogerán a los mexicanos, a excepción de Valencia, ya han colgado el cartel de agotados.