Rinden homenaje al boxeador originario de Acapulco El Costeñito Morales en Icacos
Héctor Briseño
La tarde del domingo se realizó una breve ceremonia de homenaje y despedida de cuerpo presente del boxeador acapulqueño Alberto Morales Colón, mejor conocido como el Costeñito Morales, peleador en los Juegos Olímpicos de México en 1968, donde perdió la oportunidad de colgarse una medalla al caer ante el coreano Jee Yong-ju, en una controvertida decisión de los jueces en combate de cuartos de final del peso minimosca.
El Costeñito Morales, quien nació un 17 de abril de 1948 en el poblado de Tres Palos, falleció a los 76 años de edad el pasado viernes, debido a un añejo padecimiento asmático, informó su esposa, Jael Arévalo.
El velorio del máximo deportista de la colonia Icacos fue realizado en su casa de la calle 8, en Icacos.
Antes de que sus restos fueran trasladados al panteón de El Cayaco, donde el Costeñito deseaba ser sepultado, vecinos, amigos, familiares y miembros del Club Deportivo Icacos le rindieron un homenaje de cuerpo presente en el parque ejidal de Icacos.
Abel Zárate Magallón, amigo desde la infancia de Alberto Morales, recordó que el Costeñito ganó en dos ocasiones la competencia de los Guantes de Oro y el campeonato nacional, lo que le valió ser convocado al equipo olímpico mexicano.
Después de caer en la pelea previa a la ronda de semifinales, Costeñito Morales, quien forma parte del Salón y Museo de la Fama del Deporte guerrerense, incursionó en el profesionalismo en 1969.
Ganó el título mosca de Norteamérica en 1973, y en 1975 se coronó campeón nacional mosca y durante cinco años se mantuvo como número uno en el país.
Sin embargo, perdió en dos ocasiones la pelea por el título del mundo, una de ellas en Venezuela ante Betulio González. Pablo Petatán Pérez, presidente del Club Deportivo Icacos, manifestó que “el Costeñito siempre vivirá en nuestros corazones; es un honor despedirlo en el lugar que lo vio crecer”.
Recordó que “la colonia Icacos fue semillero de futbolistas y boxeadores, hoteles querían futbolistas y venían a Icacos y les daban trabajo”.
Entrevistado en enero de 2016 y en diferentes conversaciones, el Costeñito Morales recordaba sus dos victorias en los Olímpicos del 68, contra un italiano y contra un alemán, antes de sumirse en los recuerdos por la victoria, que recalcaba, le arrebataron los jueces ante el coreano.
El Costeñito Morales expresaba que su mejor golpe era el upper de izquierda: “era muy mañoso, escondía los brazos, daba codazos, eso lo adquieres con la experiencia”, sin dejar de repetirse: “ahora sería medallista”.