Comercio, combate a organizaciones criminales y tráfico de drogas, también serán temas
Cd. de México, 26 nov (Crisol).- La amenaza de deportaciones de personas indocumentadas en Estados Unidos se va a concretar, aunque no se sabe si total o parcialmente, porque, en parte, Donald Trump ganó la elección presidencial con ese discurso agresivo e insistente, y algo tiene que hacer para demostrarle a sus electores que les cumplirá, aseguró Raúl Benítez Manaut, académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, de la UNAM.
Tras recordar que en la unión americana ya se debate el uso del Ejército para implementar el plan de deportaciones masivas, el universitario comentó que el número de policías locales que tienen los condados, sobre todo los ubicados cerca de la línea fronteriza y ciudades importantes, no es suficiente para poner en marcha operativos de captura, por lo que tendrían que recurrir a las fuerzas armadas.
Benitez Manaut consideró que ello sería legal, si el presidente electo emite una orden ejecutiva, sin necesitar la autorización del Congreso, incluso con el apoyo de la mayoría de la Cámara de Representantes y del Senado, aunque ello iría en contra de la costumbre de no emplear a los militares para ningún tipo de situación de seguridad interna.
Solo con una acción masiva militar, abundó, podrían efectuarse redadas, se habla de ir a los centros de trabajo a buscar personas inmigrantes. Se dice que, en algunos estados como California, en algunas actividades económicas hasta un tercio de esos empleados no tiene papeles. Los trabajadores sin documentos en Estados Unidos, pueden llegar a ser aproximadamente 15 millones de personas y alrededor de la mitad son mexicanos.
El académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) agrega que, aunado a las complicaciones de logística, este plan podría costar a Estados Unidos 80 mil millones de dólares en total, que representa más de lo que los mexicanos mandan a nuestro país por concepto de remesas, que es de aproximadamente 60 mil millones de dólares cada año.
Con las deportaciones masivas, advirtió Raúl Benítez, se producirá inflación en el vecino país del norte porque no es lo mismo pagarle 16 dólares la hora a una trabajadora doméstica o a un jardinero con documentos, que ocho dólares cuando se trata de una persona sin ellos. “El precio de los productos agrícolas, de las casas, de los cuartos de hotel, se elevarán; o bien, habrá escasez de mano de obra en muchas áreas”, concluyó.
