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Ciudad de México se pone las ‘Gafas violeta’ en la mayor red de cámaras de Latinoamérica

Ciudad de México, 20 abr (EFE).- El Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de Ciudad de México (C5) se puso las ‘Gafas violeta’, un plan para incorporar la perspectiva de género, detectar y prevenir violencia machista en la mayor red de cámaras de Latinoamérica, con más de 80 mil en toda la capital, dijo el coordinador general, Salvador Guerrero Chiprés.

Guerrero Chiprés explicó en una entrevista con EFE que el objetivo es «tener una mirada que reconozca los datos que hay provenientes de la realidad y las circunstancias en que ocurren las cinco formas de violencia de género que están identificadas por la ley», física, psicológica, patrimonial, económica y sexual.

El coordinador general del C5 de la capital aseguró que esta «mirada de género» es única en el país y cuenta con «una potencia peculiar» porque combina la mayor red de cámaras de Latinoamérica, 83 mil 414 en total, con seis líneas para llamadas de emergencia, incluida la línea *765 SOS Mujeres, enfocada en casos relacionados con violencia machista.

Por ejemplo, señaló Chiprés, en el Estado de México, vecino de la capital, hay 21 mil cámaras y cuatro veces más territorio que la Ciudad de México.

Guerrero Chiprés detalló que esta iniciativa busca, a través de «diagnósticos, políticas públicas integrales y resultados verificables y compartidos», introducir medidas que contribuyan a la «construcción de igualdad sustantiva».

Según el funcionario, donde mejor se demuestra esta naciente perspectiva «violeta» es en la atención y seguimiento a las llamadas de emergencia reportadas particularmente en las líneas *911 y *765 SOS Mujeres, donde por primera vez se han incorporado preguntas para mejorar la identificación y respuesta a las violencias de género.

Riesgo feminicida

Guerrero Chiprés destacó que la línea *765 solo es atendida por mujeres. El tiempo de respuesta es menor a 5 segundos, al igual que las otras líneas, pero en este caso «se establece un triaje» para verificar que no haya riesgo inminente de feminicidio.

El riesgo feminicida se detecta cuando hay una agresión física, como tomar del cabello y golpear contra la pared, patear en el piso, romper un hueso, intento de asfixia, amenaza de muerte verbal, o la utilización de una pistola o un cuchillo, expuso.

O que la persona que está, -en 95 % de los casos un conocido-, cometiendo la violencia, haya estado en el sistema penal», agregó.

Ante estos riesgos, señaló Guerrero, la llamada se transfiere a personal de la Secretaría de las Mujeres, de la Fiscalía General de Justicia, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y del Consejo Ciudadano, quienes brindan acompañamiento a la víctima para que presente una denuncia ante el Ministerio Público.

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