Los elefantes marinos, diezmados por la gripe aviar, logran protección legal en Argentina

Buenos Aires, 25 abr (EFE).- La sureña provincia argentina de Chubut aprobó una ley que da protección a los elefantes marinos del sur, una especie cuya población en las costas de la Patagonia argentina se vio severamente afectada por la epidemia de gripe aviar de 2023.
La ley, aprobada por la Legislatura de Chubut, declara la protección del elefante marino del sur (Mirounga leonina) en todo el territorio provincial.
Según resaltó en un comunicado la organización Wildlife Conservation Society (WCS) Argentina, el elefante marino del sur es la foca de mayor tamaño a nivel global y es una de las atracciones turísticas de Península Valdés, sitio donde se concentra cerca del 80 % de la única colonia reproductiva continental.
Hasta 2022 la población de esta especie se mantuvo saludable, pero durante la temporada reproductiva de 2023 se vio severamente diezmada por la epidemia de gripe aviar, una enfermedad que no solo afectó a las aves sino también a mamíferos marinos, entre otros animales.
Según la WCS, la gripe aviar mató en 2023 al 97 % de las crías de elefantes marinos del sur y a un número indeterminado de adultos reproductores, lo que llevó a recategorizar su estado de conservación a “vulnerable”.
La nueva ley, impulsada por el diputado provincial Sergio Daniel González, busca contribuir a la recuperación de esta especie, protegiendo a estos animales en las costas de Chubut sobre el océano Atlántico, especialmente en playas donde están expuestos al accionar humano.
“La fauna chubutense es un espectáculo natural que atrae turistas de todo el mundo. Esta ley busca aumentar la protección de los elefantes marinos en toda la costa, concientizar a los visitantes sobre los cuidados necesarios y las consecuencias que su acercamiento puede generar, además de crear un fondo para solventar las tareas de conservación”, afirmó González.
Entre otros aspectos, la norma promueve prácticas de turismo responsable, estableciendo una zona de seguridad de 50 metros de “no aproximación” alrededor de los ejemplares cuando se encuentren en la costa, fuera de las áreas protegidas, con el fin de reducir el estrés y evitar alteraciones en su comportamiento natural.
Además, prevé desarrollar un programa de concientización sobre la importancia de la preservación de la especie.
En su edad adulta, los elefantes marinos del sur se caracterizan por su trompa prominente y por su gran tamaño: los machos pueden pesar hasta 3,5 toneladas y medir hasta 5,5 metros de largo, mientras que las hembras pueden alcanzar los 3 metros y pesar unos 900 kilos.
Pasan la mayor parte del tiempo en el mar, donde recorren miles de kilómetros para alimentarse, buceando a profundidades de hasta 2.000 metros en busca de peces y calamares.
Dos veces al año, se establecen en las costas: en septiembre y octubre, cuando se reproducen, y entre noviembre y marzo, cuando mudan la piel.
En Península Valdés la especie se encuentra resguardada, pero hacia el sur de esa área protegida, en el sector comprendido entre Punta Ninfas y Bajo de los Huesos, y en el sector de Isla Escondida, la población de elefantes se distribuye a lo largo de costas donde no existe protección alguna.
“Los períodos que estos animales pasan en tierra son de especial vulnerabilidad porque se encuentran cumpliendo etapas esenciales de su ciclo de vida, como el amamantamiento de sus crías, durante el que realizan un ayuno prolongado”, explicó Julieta Campagna, coordinadora de WCS en Península Valdés.
Campagna advirtió que el tránsito de vehículos y la proximidad de personas y mascotas afectan el comportamiento de los elefantes marinos en la costa “y pueden generar consecuencias indeseables como el abandono de la cría si la madre se siente amenazada, o un alto desgaste de energía al tener que desplazarse”.