Miriam Ruiz
Birmingham, Reino Unido 9 jun (Crisol).- Hay una grave presión financiera para las universidades británicas que es resultado de años de congelación de ingresos por enseñanza e investigación, una alta inflación, y la caída de estudiantes internacionales tras nuevas restricciones migratorias cambios en políticas gubernamentales.
Tal es el análisis que presentó esta semana la organización Universities UK (UUK), la voz colectiva de 141 instituciones de educación superior. Bajo el título “Hacia una Nueva Era de Colaboración”, el documento explica también que, para enfrentar la crisis, las instituciones han tenido que adaptarse y realizar importantes recortes presupuestarios.
UUK insta al gobierno central, encabezado por el primer ministro laboristas Keir Starmer a tomar medidas que permitan a las instituciones lograr una transformación radical y profunda, de acuerdo a su comunicado de prensa. Los liderazgos de las universidades británicas “deben encabezar una transformación para que estas pueden trabajar juntas, compartir recursos y colaborar en beneficio del país.”
La Fuerza de Tareas para la Transformación y Eficiencia de UUK. critica el enfoque de los últimos gobiernos británicos, que han promovido una intensa competencia entre instituciones, lo cual ha sido un obstáculo para la colaboración.
En un contexto de crecientes desafíos financieros, las universidades han tomado medidas de ahorro notable. Pero el grupo de trabajo advierte que no serán suficientes si las universidades continúan actuando de forma aislada. Señalan que se requiere una colaboración innovadora entre instituciones, respaldada por un sistema de financiamiento sostenible por parte del gobierno.
Sir Nigel Carrington, académico de amplia trayectoria y director del reporte, expresó a través del comunicado, que las universidades tienen una gran disposición para impulsar el cambio.
“El sector no solo habla de eficiencia. Ya la impulsa, y la evidencia demuestra que está en marcha. Pero la transformación requerirá que tomemos la iniciativa para replantear el funcionamiento de la educación superior a nivel nacional desde la raíz, pasando de una mentalidad competitiva a una más colaborativa.”
El informe y la fuerza de tareas que encabeza representan “un compromiso con la responsabilidad mutua y con una reforma ambiciosa para un futuro sostenible que siga generando prosperidad para las comunidades de todo el Reino Unido,” agregó el ex vicerrector de la Universidad de las Artes en Londres, y remató con un llamado al gobierno a aumentar la financiación de la educación superior en la próxima revisión del presupuesto el próximo otoño.
Golpe económico para el Reino Unido
Es bien conocido el papel tradicional de las universidades británicas para hacer diplomacia blanda, y como motor de ingreso económico. Desde 1029 cuando se fundó la Universidad de Oxford –la segunda más antigua del mundo, Inglaterra había sido bastión académico.
Según datos de la organización, en 2021 la derrama económica por exportación de servicios de educación superior ascendió a 20 mil millones de libras. Para establecer un margen de comparación, el año 2024 la contribución más parecida fue de la industria farmacéutica con 27.7 miles de millones de libras.
De cada 100 personas en el mercado de trabajo, 1.27 es empleada universitaria. En total la educación superior genera más de 815 mil empleos en el país.
Restricciones migratorias que desincentivan a estudiantes
Los matices pueden ser diferentes, pero las políticas de migración tanto de gobiernos conservadores como de gobiernos laboristas buscan dificultar la inmigración sea para trabajar o estudiar.
A diferencia del pasado, cuando se permitía tramitar becas para quien estudiara en Gran Bretaña, así como pareja y descendientes, a partir de 2024 solo puede viajar quien estudia, independientemente si se trata de una licenciatura o un post-doctorado.
A mediados de mayo el Ejecutivo lanzó una propuesta con más restricciones para la inmigración que está pendiente por discutirse y aprobarse.
En este sentido, la directora ejecutiva de UUK criticó las medidas para aumentar las cuotas al estudiantado internacional.
“Los estudiantes internacionales aportan enormes beneficios a las calles, lugares de trabajo y campus de todo el país. Aportan miles de millones a la economía del Reino Unido cada año, mientras que las matrículas que pagan ayudan a garantizar que haya más plazas para los estudiantes británicos, especialmente en carreras como ingeniería, cuya enseñanza cuesta a las universidades mucho más de lo que reciben del gobierno británico, pero que son vitales para el crecimiento y la prosperidad a largo plazo del Reino Unido.”
Propuestas del nuevo informe de UUK
Entre las oportunidades destacadas se encuentra la exploración de nuevas estructuras colaborativas. Aunque el informe menciona que las fusiones entre universidades serían poco viables en la mayoría de los casos, propone alternativas como federaciones, agrupaciones estratégicas por afinidad geográfica o alianzas funcionales en áreas específicas.
Asimismo, se plantea la posibilidad de ofrecer enseñanza compartida, especialmente en disciplinas vulnerables o poco demandadas, para evitar regiones sin acceso a ciertas carreras. Este modelo no solo permite ahorrar costos, sino que también fortalece la oferta educativa y responde a las necesidades locales de formación y desarrollo.
Ya existen ejemplos exitosos de colaboración, como el de las universidades de Bath y Plymouth, que comparten el programa de Farmacia para suplir la falta de farmacéuticos en el suroeste del país. Otro caso es el campus de Penryn, en Cornualles, gestionado conjuntamente por las universidades de Exeter y Falmouth, que ofrece programas compartidos y fomenta el desarrollo regional.
Finalmente, el grupo de trabajo propone otras medidas para seguir aumentando la eficiencia del sector, todas basadas en el principio de que la colaboración estratégica puede ser clave para la supervivencia y evolución del sistema universitario británico.
