Muere Fauja Singh, el maratonista más longevo del mundo

Singh alcanzó fama mundial por completar maratones a edad avanzada y ser un símbolo de perseverancia y salud
Miriam Ruiz
Birmingham, Reino Unido 17 Jul (Crisol).- Fauja Singh, el legendario corredor británico de origen indio y considerado el maratonista más longevo del mundo, falleció a los 114 años tras ser atropellado mientras cruzaba una carretera en su pueblo natal de Beas Pind, en el estado de Punjab, India.
De acuerdo con información de la BBC, el automovilista que atropelló a Singh se dio a la fuga y su muerte
fue confirmada al medio británico por personas cercanas al atleta.
Apodado el “Turbaned Tornado”, —por el tradicional turbante que usan los Sikhs—desafió todas las expectativas cuando comenzó a correr maratones a los 89 años de edad.
Entre los años 2000 y 2013, participó en nueve maratones internacionales, incluyendo las de Londres, Nueva York y la maratón de Toronto. Su historia inspiró a millones al demostrar que nunca es tarde para comenzar una nueva etapa en la vida, incluso en el deporte.
Un tornado con turbante
En 2011, Fauja Singh logró un hito que recorrió los titulares del mundo: completó la maratón de Toronto con 100 años de edad, con un tiempo superior a las ocho horas. Aunque Guinness World Records no reconoció oficialmente el récord por falta de acta de nacimiento de 1911, su pasaporte británico confirmaba su fecha de nacimiento como el 1 de abril de 1911. Incluso recibió una carta de la reina Isabel II felicitándolo por su centenario.
Entre sus numerosos logros, Fauja Singh también fue portador de la antorcha olímpica durante los Juegos Olímpicos de Londres 2012, un honor reservado para figuras destacadas por su impacto en la sociedad.
Su imagen, con su tradicional turbante sij, corriendo con la llama olímpica, se convirtió en un ícono global de inspiración, fortaleza y longevidad.
Singh nació en el seno de una familia agricultora en el Punjab rural y sufrió problemas de salud en su infancia, lo que hizo que muchos dudaran de su potencial físico. Sin embargo, tras perder a varios familiares en la década de 1990, encontró en el atletismo una forma de canalizar su dolor y redescubrirse.
Prueba viviente de cómo la resiliencia puede transformar la adversidad
Fauja Singh vivía bajo estrictos hábitos saludables: seguía una dieta vegetariana, no consumía alcohol ni tabaco, y dedicaba tiempo diario a la meditación y la oración. Siempre afirmó que su fuerza venía tanto del cuerpo como del espíritu. “Las últimas millas las corro hablando con Dios”, solía decir, reflejando la fe que lo acompañó hasta el final.
Punjab, la tierra que lo vio nacer y morir, es una región ubicada en el noroeste de la India, fronteriza con Pakistán es rica en historia y espiritualidad, es también el corazón de la comunidad sij. En este entorno lleno de tradición, Fauja Singh dejó una huella imborrable. Su legado como el corredor centenario más célebre del mundo seguirá inspirando a futuras generaciones de atletas y soñadores.