Bienestar

Que nada te detenga… brazada tras brazada

Aunque la mayoría de la gente aprecia las ventajas para la salud que aporta la práctica de diversos deportes, una buena sesión de natación proporciona insuperables beneficios para el ser humano que incluye el corazón, los pulmones y el sistema musculo esquelético, además de que favorece una reducción de la inflamación, aumento del bienestar y excelente salud mental.

Impulsar la masa corporal en el agua, activa numerosos sistemas en todo el cuerpo con un menor riesgo de lesiones (bajo impacto), que se traduce en una mejor forma cardiovascular y respiratoria, una mayor fuerza y resistencia muscular, así como una mejora de la masa corporal magra, afirma Mitch Lomax, neumólogo y fisiólogo del ejercicio de la Universidad de Portsmouth en Reino Unido, publicado en el sitio de National Geographic.

La natación tiene la ventaja añadida de estar al alcance de personas de todas las edades y entre quienes tienen limitaciones físicas, individuos para quienes actividades como correr o montar en bicicleta podrían suponer un reto mayor.

Las investigaciones demuestran que nadar mejora la circulación y la eficacia cardiovascular, por lo que disminuye el riesgo de infarto e ictus. “Es una actividad rítmica y dinámica de todo el cuerpo que eleva la frecuencia cardiaca y reduce eficazmente la tensión arterial”, afirma Hirofumi Tanaka, director del Laboratorio de Investigación del Envejecimiento Cardiovascular de la Universidad de Texas.

Las investigaciones demuestran que nadar contribuye a disminuir la tensión arterial, en parte, al reducir el endurecimiento o la rigidez de los vasos sanguíneos y al reducir el estrés oxidativo y los niveles de inflamación en todo el organismo.

“La presión hidrostática de la natación en el agua, unida al aumento del volumen sanguíneo central, pone a prueba el sistema respiratorio y hace que inhalar sea más difícil que respirar en tierra” explica Lori Sherlock, profesora de fisiología del ejercicio, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia Occidental, Estados Unidos.

El impacto en el sistema musculoesquelético

La densidad del agua ofrece resistencia en cada brazada, para impulsarse hacia delante, la natación requiere el uso de los músculos del tronco, los flexores de la cadera, los músculos del cuello, los de los brazos, las manos y los hombros, los del pecho y la espalda, además de los glúteos y los de las piernas y los pies, explicó Heather Massey, profesora de la Universidad de Portsmouth en Reino Unido.

Los estudios demuestran que la natación también aumenta la amplitud de movimiento, reduce el dolor articular, aumenta la flexibilidad, mejora la postura y ralentiza el proceso de envejecimiento. También se ha demostrado que ayuda a las personas con esclerosis múltiple y artritis, y que es buena para controlar la glucosa en sangre.

“La natación facilita la absorción y utilización de la glucosa a través de mecanismos independientes de la insulina y mejora la sensibilidad a ésta”, explica Massey.

Según un análisis de salud pública, una persona de 70 kilos quema 281 calorías por hora nadando a un ritmo moderado, pero puede quemar hasta 704 calorías por hora nadando a estilo libre a un ritmo intenso.

El estilo mariposa quema hasta 774 calorías por hora. De este modo, la natación puede “ayudar a conseguir los objetivos de control de peso”, afirma Matthew Anastasi, médico y especialista en medicina deportiva de la Clínica Mayo de Estados Unidos.

Beneficios sociales y mentales
La natación favorece también la función cerebral y a las relaciones personales de formas a veces inesperadas. Los estudios demuestran que moverse por el agua aumenta el flujo sanguíneo al cerebro y provoca la liberación de las hormonas serotonina y dopamina. De este modo, la natación mejora los trastornos del estado de ánimo e incluso se ha demostrado que mejora la función de la memoria.

Related Articles

Back to top button