Bienestar

Vacaciones frenéticas: claves para desacelerar

¿Disfruta de las vacaciones o las sufre?

Ciudad de México, 25 jun (EFE).- El turismo caracterizado por muchas visitas a diferentes sitios en poco tiempo, se ha convertido en una práctica extendida en todo tipo de población y está muy relacionada con la dependencia de la exhibición y la tecnología”, según Pablo Díaz Luque, profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en Barcelona (España)

Esperar 20 minutos para fotografiar la Gioconda en el Museo del Louvre y después 2 horas para entrar a la Torre Eiffel y tomar fotos, todo ello para ‘colgar’ las imágenes en las redes sociales y llegando con el tiempo justo para abordar un crucero por el río Sena. Es un ejemplo de ‘turismo frenético’, según Díaz.

“Durante las vacaciones tendríamos que levantarnos y decidir si nos apetece efectuar alguna actividad y, si es así, decidir qué nos gustaría ver o hacer. Pero hemos llegado al punto de que si elegimos descansar, nos sentimos mal o los demás hacen que nos sintamos mal”, señala Sylvie Pérez, profesora de la UOC.

El calificativo de ‘frenético’ (agitado, acelerado, ajetreado, febril, desenfrenado…), suele ser apropiado para ciertas etapas o momentos de nuestra actividad laboral o de estudios a lo largo del año, pero debería estar totalmente fuera de lugar durante las vacaciones, unas semanas habitualmente dedicadas a desconectar del ritmo vertiginoso, así como a divertirse y descansar.

Sin embargo, el ‘turismo frenético’, aquel que llena la agenda de actividades, experiencias o visitas, sin tiempo para detenerse, convirtiendo las vacaciones en otro nuevo periodo de estrés, no solo es una realidad sino que además va ganando cada vez más terreno, según los investigadores.

“Aunque no se puede generalizar, siempre ha habido cierto ánimo exhibicionista en la práctica del turismo. “La tecnología y las redes sociales han multiplicado este efecto, y hay ciertos grupos de turistas que pueden sentir la obligación de hacer cosas, viajar y darlas a conocer”.

Muchas actividades en poco tiempo
Aunque este comportamiento todavía carece de una denominación específica, según el profesor Díaz, podría estar relacionado con el FOMO (fear of missing out, en inglés) o el “temor a perderse algo”, o con el FOEN (fear of exhibiting nothing), es decir el “miedo a no exhibir nada”.

Según el profesor Díaz, el “turismo de muchas visitas a diferentes sitios en poco tiempo es una práctica extendida” aunque “puede haber grupos de población más intensos en estas prácticas de frenesí activo, como es el caso de los ‘milenials’”, es decir los nacidos entre las décadas de 1980 y 1990.
Recomendaciones para un turismo ‘más lento’
La profesora Pérez destaca la tendencia a efectuar un turismo ‘slow’ (lento) y desconectado, que ha surgido como contrapartida del ‘turismo frenético’, pero admite que desacelerar y desconectar “no es algo que se consigue en un solo día, sobre todo cuando se trata de vacaciones largas”.

“Si tienes un mes de vacaciones, quizás necesites dos o tres días para entender que entras en otro ritmo”, se aconseja que “antes de tomarse unas vacaciones, ya sean cortas o largas, solo se planifique aquello que realmente se está entusiasmado por visitar”.

“Para el resto de las vacaciones, Pérez aconseja “auto obligarse a improvisar y disfrutar de una improvisación”. Lo que sí es importante planificar es la vuelta a la rutina después de las vacaciones, para que no se produzca de un día para otro y, en caso de que el regreso al trabajo, los estudios y las actividades habituales sea brusca, “habrá que asumir que se pasarán dos o tres días de cierto malestar”.

Sugiere “disfrutar del proceso de planificación evitando que sea excesivo; establecer un consenso sobre qué entendemos por vacaciones dado que su disfrute depende en gran medida de las expectativas que tengamos; reservar momentos para lo que es importante para cada uno de quienes vacacionan juntos; y no sucumbir al FOMO (miedo a perderse algo)”.

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