Ofrenda de Día de Muertos de Ocotepec, Morelos en el Museo Nacional de Antropología
Celebración declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2014
Cd. de México, 31 oct (Crisol).- En México el Día de Muertos no es sólo una forma de honrar a quienes ya se fueron, es también la forma en que sus familias y amigos se abrazan y las comunidades refuerzan sus lazos, y las ofrendas representan una forma de unir a las personas con quienes están ausentes, aseguró Mario Stalin Rodríguez, encargado este año de la instalación de la ofrenda en el Departamento de Comunicación Educativa del Museo Nacional de Antropología e Historia.
En entrevista con Crisol Noticias, Stalin Rodríguez, quien es Asistente de Asesor Educativo en ese departamento, comentó que este año se decidió recordar el décimo aniversario de que la celebración del día de Muertos en la comunidad de Ocotepec, Morelos fue declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (2014).
Explicó que esta ofrenda tiene características muy particulares que hacen de esta una fiesta para recordar a las personas ausentes “la ofrenda consiste en un cuerpo simulado a base de 40 panes de muerto y 40 plátanos, sobre esto se coloca un mantel blanco y sobre él se coloca ropa de la persona homenajeada y la cabeza se simula con una calavera de azúcar de tamaño natural”.
Además, al lado de este cuerpo simulado se colocan todas las ofrendas: alimentos, bebidas veladoras, calaveritas de azúcar, pan de muerto, la comida preferida de la persona y en las paredes se colocan las figuras e imágenes de santos y cristos a los que la familia rinde culto, además de mensajes dedicadas a las personas homenajeadas.
Otra de las singularidades de esta ofrenda, detalla Stalin Rodríguez, es que de la ofrenda se forma un camino de flores de cempasúchil, que termina en la tumba del panteón municipal de Ocotepec.
El 1 y 2 de noviembre las casas abren sus puertas para que cualquier persona pueda ver la ofrenda la mayordomía da unas velas a los visitantes, las cuales pueden cambiar por alimentos o bebidas como café, pan de muerto, pollo con mole, tamales, etc. Y ya por la tarde del 2 de noviembre se cierran las casas, la comida se lleva al panteón, donde solo tiene acceso a la comunidad y ahí reparten para despedir a las personas homenajeadas.
La entrada a la ofrenda está abierta para el público en general y permanecerá en el Departamento de Comunicación Educativa del Museo Nacional de Antropología e Historia, hasta el 5 de noviembre. ¡No dejes de visitarla!