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La mariposa monarca podría dejar de migrar en 2090

La destrucción de su hábitat de hibernación, la causa; desarrollan en la UNAM proyecto de migración asistida

Cd. de México, 18 dic (Crisol).- Ante la destrucción de su hábitat de hibernación a consecuencia del cambio climático, se estima que para 2090 el fenómeno migratorio de las mariposas monarca, desde el sur de Canadá y el norte de Estados Unidos hacia México, podría desaparecer.

La migración de las mariposas monarca es uno de los fenómenos naturales más impresionantes del mundo. Cada año, millones de ejemplares de esta especie viajan desde el norte hacia los bosques de oyamel en México para hibernar, en un recorrido que puede alcanzar hasta cuatro mil kilómetros.

En un esfuerzo por preservar a las poblaciones migratorias, un equipo multidisciplinario, liderado por Roberto Lindig Cisneros, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la UNAM, lanzó una propuesta sobre migración asistida.

Es una técnica que busca establecer poblaciones de especies vegetales fuera de su rango de distribución natural, anticipándose a los cambios climáticos que podrían hacer inviable la supervivencia en su hábitat original.

Los investigadores están sembrando pequeños árboles de oyamel en las laderas del Nevado de Toluca, a alturas ligeramente superiores a los hábitats naturales de estas coníferas.

Estiman que, si los oyameles sobreviven y logran establecer nuevos bosques, podrían proteger a la población de mariposas durante su migración anual desde Estados Unidos y Canadá hacia los bosques de México donde hibernan.

“Este proceso se ha vuelto importante porque, frente al tan acelerado cambio climático causado por los seres humanos, el movimiento de las poblaciones de plantas no es lo suficientemente rápido como para que puedan llegar a los sitios donde empieza a haber un clima propicio; en el pasado, los cambios climáticos tardaban miles de años, pero ahora están ocurriendo en lapsos de décadas”, explicó Lindig Cisneros.

Pero a pesar de los avances, la migración asistida también presenta riesgos, como el genético, ya que mover especies a nuevas ubicaciones podría introducir genotipos no adaptados al ecosistema. En ese sentido, el investigador comentó que en el caso de los oyameles es un riesgo limitado debido a su modo de reproducción por dispersión de polen.

Otro riesgo es la posibilidad de que las especies trasladadas se comporten como invasoras; sin embargo, en el caso del Nevado de Toluca, los oyameles ya son parte natural del ecosistema, lo que minimiza esta preocupación.

Lindig Cisneros destacó que, para el éxito de estos proyectos, ha sido clave la colaboración con comunidades locales como Nuevo San Juan Parangaricutiro y Calimaya, que han desempeñado un papel fundamental, ya que además de aportar conocimiento local, las personas de la zona participan activamente en las labores de restauración, asegurando la sostenibilidad de los proyectos a largo plazo.

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