Científicos trabajan para evitar la progresión de la enfermedad de Parkinson

Una de cada 100 personas mayores de 60 años la podrían padecer
Cd. de México, 9 abr (Crisol).- Más de 10 millones de personas en el mundo viven actualmente con Parkinson, la segunda enfermedad de tipo neurodegenerativa más frecuente, solo después del Alzheimer, la Organización Mundial de la Salud señala que daña a una de cada 100 personas mayores de 60 años, y se estima que para 2030 habrá 12 millones de pacientes con esta afección.
Cuando este padecimiento se presenta, las células cerebrales que producen dopamina (llamadas neuronas dopaminérgicas), degeneran y gradualmente mueren, en un proceso progresivo e irreversible, explica el profesor del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, Aurelio Campos Romo.
A propósito del Día Mundial del Parkinson, que se conmemora el 11 de abril en honor al natalicio de su descubridor, el neurólogo británico James Parkinson, el investigador universitario señaló que los estudios recientes para enfrentar esta enfermedad están dirigidos a evitar su progresión.
Hay varias aproximaciones que explora la comunidad científica, explicó, como en las formas genéticas de la enfermedad, que ayudan a entender la fisiopatología, es decir, qué causa este padecimiento.
También, subraya, se analiza la alfa-sinucleína, una proteína neuronal que se acumula anormalmente en el cerebro cuando hay esa afección. “Hay que tratar de detenerla, saber por qué se acumula”.
Asimismo, dijo, se realizan investigaciones sobre la neuroinflamación y acerca de cambios en el metabolismo, para anticiparse a la progresión, además de que hay hallazgos en neuroimagen y resonancia magnética para identificar en etapas tempranas la disminución de neuronas dopaminérgicas.
Por parte de la Universidad Nacional Carlos Campos e Iván Velasco, también investigador del Instituto de Fisiología Celular, participaron en un estudio en el que se trasplantó células dopaminérgicas en monos, en búsqueda de una terapia de reemplazo.
“Como no podemos evitar todavía que se mueran las neuronas, el objetivo es poner nuevas. No es una idea original, se tiene décadas trabajando en diversas partes del mundo”, destacó.
El especialista señaló que el Parkinson se asocia con el envejecimiento, pero no es exclusivo de esa etapa de vida. En menores de 40 años es poco frecuente, y la incidencia comienza a aumentar con la edad. De 50 a 60 años tenemos anualmente cerca de 40 por ciento de enfermos por cada 100 mil personas, pero después de los 70 afecta a aproximadamente mil personas por cada 100 mil habitantes.
La irreversible progresión es lenta, y para que se presenten los síntomas se debe perder, en la sustancia negra del cerebro, de 70 a 80 por ciento de las neuronas dopaminérgicas, enfatiza el académico.
“Esto significa que hay una muerte muy importante de neuronas antes de que haya sintomatología. Cuando esto ocurre todavía nos quedan entre 20 y 30 por ciento de neuronas dopaminérgicas vivas, que son a las que se dirige este tratamiento”, concluyó.