Estudian atender enfermedad de Parkinson con dispositivo nanotecnológico

Buscan hacer llegar al cerebro la dopamina, el neurotransmisor que controla el movimiento
Cd. de México, 19 may (Crisol).- Con una investigación en fase inicial in vitro, que ha demostrado biocompatibilidad para avanzar a pruebas en un modelo animal y a más largo plazo en humanos, la doctora en Ciencias Bioquímicas, Magdalena Guerra Crespo, trabaja en un dispositivo nanotecnológico para hacer llegar directamente la dopamina al cerebro y garantizar su difusión constante en pacientes con enfermedad de Parkinson.
La investigadora del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM y quien estudia el padecimiento hace más de dos décadas, detalló que la dopamina no se puede administrar a los pacientes como tal porque se oxida, por lo que se utiliza su precursor, la levodopa, que se receta en tabletas vía oral.
De acuerdo con los resultados publicados recientemente en la revista internacional Nanomedicine, el dispositivo tiene una matriz amorfa y porosa, menor a 100 nanómetros, y fue elaborado en colaboración también con Tessy María López Goerne, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco.
Guerra Crespo abundó que a esa estructura porosa se adhiere la dopamina a través de interacciones químicas de fuentes de hidrógeno. “A pesar de que los mesoporos son tan pequeñitos, su superficie es muy grande, alrededor de 300 metros cuadrados por gramo”.
Detalló que actualmente la investigación está en su fase inicial in vitro, y observaron que es biocompatible. Posteriormente tendrá que probarse en un modelo animal de ratas o ratones, y a más largo plazo en protocolos en humanos.
“Ahora vamos en el nivel experimental. Lo ideal en un modelo animal sería realizar una cirugía estereotáxica (permite inyectar el nanoreservorio a través de coordenadas) en el estriado, un área específica del cerebro donde se pierde la dopamina”, comentó.
La estructura físico-química del dispositivo nanotecnológico está unida por puentes de hidrógeno, así la dopamina se conserva dentro del poro, queda atrapada en él, y ya después es gradualmente liberada, explicó.
Más adelante se podría fabricar a medida de cada paciente para garantizar la dosificación deseada; la meta sería alargar su calidad de vida.
“Todavía faltan varios años, estamos en la etapa preclínica y estos análisis farmacológicos son largos. A futuro se podría tener una patente y llevar al mercado, pero ahora debemos continuar con los estudios experimentales”, resumió.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo en el que se pierden las neuronas productoras de dopamina, un neurotrasmisor que ayuda a controlar el movimiento muscular.