China, pasó de una ola de calor sin precedentes, a tres días intensos de tormentas mayores a lo que cae en un mes normal de verano, 744,8 mm de lluvia, un récord histórico, causado por el super tifón Khanun. En seguida, el paso del tifón Doksuri por Asia dejó al menos 63 muertos en Filipinas, 21 en China y uno en Taiwán.
Los meteorólogos chinos explicaron que, a medida que la circulación residual de las nubes de lluvia de Doksuri soplaba hacia el norte, un sistema de alta presión subtropical y continental en la atmósfera, bloqueó su paso hacia el este, lo que provocó una convergencia de vapor de agua que actuó como una presa que almacena el agua.
Las áreas más afectadas en China son Pekín y la provincia de Hebei, donde las graves inundaciones que, según los expertos podrían tardar más de un mes en retroceder.
El gobierno ha instado a la población a extremar las precauciones y estar preparada para evacuar en caso de que sea necesario. Las autoridades han puesto en marcha planes de emergencia para garantizar la seguridad de los ciudadanos, así como el suministro de alimentos y agua potable. La Cruz Roja también ha movilizado sus equipos para prestar ayuda a las personas más vulnerables.
