El caso Narvarte se ha convertido en un símbolo de la impunidad que existe en México. El 8 de julio de 2012, cinco personas fueron asesinadas a plena luz del día en un departamento ubicado en la colonia Narvarte, al sur de la Ciudad de México. Desde entonces, las autoridades han hecho poco para esclarecer el caso y los responsables siguen libres.
Frente al domicilio donde sucedió el crimen, familiares y activistas exigieron justicia para las víctimas y pidieron a las autoridades que reabran el caso con nuevas líneas de investigación. Además, solicitaron una investigación exhaustiva sobre los posibles vínculos entre los asesinos y agentes del Estado mexicano. Los familiares también pidieron que se les otorgue reparación económica por parte del Estado mexicano por los daños causados por este crimen sin resolver.
