El Obispo Álvarez, el Padre Zamora y otros han sido detenidos por la policía mexicana en los últimos meses. Estas detenciones se produjeron después de que los líderes religiosos participaron en manifestaciones pacíficas para exigir el respeto a los derechos humanos y constitucionales.
La comunidad internacional ha condenado estas detenciones injustificadas y ha pedido la liberación inmediata de todos aquellos que han sido arrestados sin motivo. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, también ha expresado su preocupación por esta situación y ha instado al gobierno mexicano a garantizar el respeto a los derechos humanos fundamentales.
