Tras choque al puente de Brooklyn
Nueva York, EU 6 oct (EFE).- El buque escuela mexicano Cuauhtémoc fue despedido de esta ciudad luego de las 20 semanas que requirió para su reparación tras chocar contra la base del puente de Brooklyn, que causó la muerte de dos cadetes y 20 heridos.
El navío, que llegó a Nueva York el pasado 14 de mayo, zarpó sin problemas la tarde de este sábado, en medio de una algarabía de inmigrantes y diplomáticos mexicanos que festejaron su regreso al mar.
La Secretaría de Marina de México dijo en un comunicado que con el viento a su favor el ‘Caballero de los mares’, como se le conoce al buque, regresa a su misión de llevar «un mensaje de paz y buena voluntad».
El accidente del buque Cuauhtémoc
La despedida de la tripulación incluyó música banda, bailes tradicionales, y banderas mexicanas que ondeaban para despedir al barco que ondeaba la propia, como muestra de la capacidad de resiliencia de la tripulación tras la tragedia.
El 17 de mayo, el buque insignia de la Armada de México, sufrió el accidente durante la «maniobra de zarpe» con 277 tripulantes, lo que causó la muerte de los cadetes América Yamileth Sánchez y Adal Yahir Maldonado, 20 personas más heridas y que se rompieran tres mástiles, así como una gran movilización del personal de emergencias de la ciudad.
Tras el accidente, al buque lo llevaron a los astilleros Caddell Dry Dock And Repair, Co. y GMD, ambos en Nueva York, y el pasado 20 de septiembre se trasladó al muelle 86, en el Hudson River de Manhattan, donde lo visitaron antes de zarpar llevando consigo a 171 nuevos cadetes y tres oficiales, que llegaron en el transcurso de la semana a la ciudad para unirse a la tripulación del buque escuela para el próximo curso de adiestramiento.
Antes de zarpar el navío pasó las pruebas que verificaron el funcionamiento del sistema de navegación en modo normal y de emergencia, el estado de los equipos de comunicaciones, el desempeño del sistema de propulsor auxiliar y la resistencia de su sistema de propulsión a vela.
El Cuauhtémoc, que lleva el nombre del último emperador mexica, y que se hizo por primera vez al mar en 1982, ha hecho parte fundamental en la formación de marinos mexicanos, una tradición naval que ha prevalecido durante 43 años.
