Nepal inicia una nueva era con su primera primera ministra Sushila Karki

Miriam Ruiz
Birmingham, Reino Unido, 15 oct (Crisol).- El inusitado y reciente nombramiento como jefa de Estado de Sushila Karki en Nepal, la primera mujer en ese cargo ha sido recibido con entusiasmo por amplios sectores de la sociedad, en especial por las juventudes que impulsaron el reciente movimiento cívico.
El activista y líder en innovación cívica Pratik Kunwar expresó a Crisol Noticias, que el país “está mirando de frente la historia” y que se abre “una aurora dorada de infinitas posibilidades” para Nepal.
Kunwar destacó el papel de la juventud en las protestas que llevaron a este cambio político, así como el sacrificio de 51 jóvenes manifestantes fallecidos y miles de personas heridas en las últimas semanas.
“Podemos oír el latido de la esperanza danzando al ritmo de los tambores de la liberación”, escribió Kunwar. “La parte difícil, la de construir un gobierno transparente que sirva verdaderamente al pueblo, apenas comienza”.
Una vida dedicada a la justicia y la ética pública
Sushila Karki, abogada de profesión y exmagistrada de la Corte Suprema, es reconocida por su trayectoria intachable en la lucha contra la corrupción y su defensa del Estado de derecho.
Durante su periodo en el máximo tribunal, se enfrentó a presiones políticas y denunció irregularidades en licitaciones públicas, lo que la convirtió en una figura respetada dentro y fuera del ámbito judicial.
Su ascenso al poder, mediante las elecciones de la semana pasada, marca un punto de inflexión en la política nepalí, históricamente dominada por estructuras patriarcales y redes de influencia cerradas.
Analistas locales consideran que su liderazgo podría abrir las puertas a una nueva etapa de gobernanza transparente y participativa, basada en la cooperación entre el Estado, la sociedad civil y el sector privado.
Para Kunwar y más jóvenes activistas, Karki representa la materialización de un anhelo colectivo: un gobierno honesto, abierto y sensible a las necesidades del pueblo.
Desde hace una década, iniciativas como el Centro de Innovación Cívica de Nepal, del cual Kunwar es fundador, han trabajado para fortalecer la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana.
El mensaje del activista concluye con un llamado a la unidad: “Han terminado los días de conversaciones aisladas y acuerdos a puertas cerradas. La sociedad civil, el sector privado y el gobierno deben mantenerse ekjut (unidos) en este esfuerzo común”.
Con este cambio de liderazgo, Nepal inicia un nuevo capítulo de su historia. La expectativa de una transformación democrática profunda, libre de corrupción y guiada por los valores de la juventud, se convierte hoy en la gran promesa de un país que busca reconstruirse desde la esperanza.
Nuevos íconos en la lucha
En este movimiento político con fuerte participación de la juventud destaca entre las consignas y pancartas tradicionales: la “bandera de los Sombrero de Paja”, el icónico estandarte de los piratas del manga y anime de One Piece. Es una calavera sonriente con un sombrero de paja sobre dos huesos cruzados, misma que se volvió viral en marchas estudiantiles y protestas ciudadanas, en múltiples países.
Nepal fue uno de los primeros lugares donde se mostró la bandera, dejando una de las vistas más espectaculares del parlamento en llamas con la bandera justo de frente. Este fenómeno, lejos de ser una anécdota aislada, es la expresión local de un movimiento global donde la Generación Z ha adoptado símbolos de la cultura pop para representar su lucha por la justicia social, la libertad y la resistencia ante la opresión.
Como reportó France24 en su análisis, la historia del mangaka Eiichiro Oda gira en torno a un grupo de piratas que luchan por sus sueños, desafían a gobiernos corruptos y a un sistema mundial opresivo.