El obispo Álvarez fue condenado el pasado mes de enero a 26 años y 8 meses de prisión por “traición a la patria”, acusación que fue rechazada por la Iglesia católica nicaragüense, que consideró que se trataba de una “persecución política”. El prelado había sido detenido el pasado mes de noviembre en el aeropuerto internacional Augusto César Sandino, en Managua, cuando intentaba salir del país con un pasaporte diplomático.
La excarcelación del obispo Álvarez se produce en medio de una crisis política y social que vive Nicaragua desde abril pasado, cuando estallaron protestas contra el Gobierno de Ortega que han dejado al menos 325 muertos y miles de heridos y presos políticos. La Conferencia Episcopal ha sido una voz crítica con el Gobierno orteguista desde el inicio del conflicto y ha pedido al Ejecutivo la liberación de los presos políticos.
