Internacional

Puebleando por Inglaterra/ El velo entre el mundo de vivos y muertos

Miriam Ruiz
Criccieth, Gales, 31 oct (Crisol).- Aquí en Gales no se celebra el Halloween en estas fechas en su versión más comercial; de manera más parecida a México, recuerdan a quienes se fueron en la noche del Galan Gaef el 31 de octubre.

Y el 1 de noviembre, mientras en México ponemos los tamales en los altares, en Gales celebran el Galan Gaef con fogatas y comida, el inicio del invierno también.

Ambas fechas marcan el final del verano y el inicio del invierno, pero también un momento en que, según las antiguas creencias celtas, el velo entre el mundo de los vivos y el de los muertos se hace más delgado. Como en México expresa la idea de que las almas regresan a convivir una noche con sus seres queridos.

En la noche del 31 de octubre, los galeses no celebraban Halloween como en otros países, salvo para niñas y niños. Mañana, en este pequeño pueblo marino, en la playa habrá fogatas comunitarias en la playa y puestos de comida.

En la tradición, la fogata protege de los malos espíritus y llama a recordar a los ausentes. En el pasado, asegura la página Myths, Legends and Oddities of North-East Wales, era costumbre arrojar piedras con el nombre de cada persona presente al fuego; si alguna desaparecía durante la noche, se creía que esa persona moriría antes del próximo invierno.

Durante esta celebración también aparecían figuras sobrenaturales, como la Y Ladi Wen (la Dama Blanca) y el Hwch Ddu Gwta, un cerdo negro de cola corta que simbolizaba la muerte y rondaba las cenizas de las hogueras. Estos espíritus servían de advertencia, pero también reforzaban el vínculo entre los vivos y los difuntos, tal como lo hacen las calaveras y los fantasmas en las tradiciones mexicanas del Día de Muertos.

En el Galan Gaef, las comunidades rurales recordaban a sus ancestros, agradecían las cosechas y daban la bienvenida al invierno, del mismo modo que en México se agradece la vida y se celebra el retorno simbólico de los muertos.

Así nos sentimos más cerca de casa en Gales aun estando lejos. Compartiendo un espacio con la gente de Gales que entiende bien que la muerte no es un final sino un ciclo que se renueva cada año cuando los vivos abren la puerta o encienden el fuego para recibir, aunque sea por una noche, a quienes se fueron.

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